Los robos son una de las principales preocupaciones de los ciudadanos en España.
Aunque las estadísticas muestran que en los últimos años se ha producido un ligero descenso en los delitos contra el patrimonio, la realidad es que cada día se producen más de un centenar de robos en viviendas y otros tantos en la vía pública.
Detrás de cada caso no solo hay pérdidas materiales, sino también un fuerte impacto emocional en las víctimas, que a menudo se sienten inseguras incluso en su propio hogar.

Las compañías de seguridad y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado llevan años investigando a las organizaciones delictivas para identificar patrones, anticiparse a las nuevas técnicas y desarrollar mejores métodos de prevención.
Pero los ladrones también innovan: cuando aparece un nuevo sistema de protección, tarde o temprano encuentran una forma de superarlo.
De ahí que la prevención sea un proceso dinámico, donde tanto las empresas como los usuarios finales deben mantenerse informados.

En este artículo veremos qué es exactamente un robo, cuáles son los más comunes tanto en la calle como en el hogar y daremos respuesta a las preguntas más frecuentes sobre este fenómeno.
¿Qué es un robo?
Un robo es un delito que consiste en apropiarse de un bien ajeno empleando violencia o intimidación sobre las personas, o fuerza sobre las cosas.
La diferencia con el hurto es fundamental: en el hurto el delincuente toma algo sin permiso, pero sin forzar nada ni usar la violencia (por ejemplo, coger un móvil apoyado en una mesa).
En cambio, en el robo hay siempre un elemento de agresión o manipulación forzada.

El Código Penal español contempla distintas modalidades de robo:
- Robo con violencia o intimidación: cuando el delincuente amenaza, agrede o fuerza a la víctima.
- Robo con fuerza en las cosas: cuando se utilizan métodos para vulnerar la seguridad de un espacio (forzar cerraduras, romper ventanas, usar ganzúas…).
- Robo en casa habitada: agravado por la especial vulnerabilidad de las víctimas.
- Robo en establecimiento abierto al público: especialmente castigado si ocurre en horario de apertura.

Las penas dependen de la gravedad del caso, el valor de lo robado y si hubo violencia física. En general, oscilan entre 1 y 5 años de prisión, aunque pueden ser mayores si se dan circunstancias agravantes (como actuar en grupo, usar armas o causar lesiones).
¿Cuáles son los robos más comunes?
Los robos en la calle o en espacios públicos suelen ser rápidos y oportunistas. Los delincuentes buscan situaciones en las que la víctima está distraída, lleva objetos de valor a la vista o se encuentra en un entorno donde escapar es fácil.
Robos por ventana
Aunque pueda sonar más doméstico, los robos por ventana también ocurren en comercios o bajos. Los ladrones fuerzan rejas, rompen cristales o aprovechan ventanas abiertas para colarse rápidamente. Suelen actuar de madrugada, cuando hay menos tránsito en la call

Atraco
El atraco es el robo clásico que todos imaginamos: alguien te aborda en la calle, en un cajero o dentro de un comercio y, mediante intimidación (mostrando un arma, amenazando verbalmente o incluso usando la fuerza), exige dinero u objetos de valor.
El factor sorpresa y el miedo son sus principales aliados.
El cosquilleo
Se trata del famoso carterismo, muy común en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, sobre todo en lugares turísticos, transportes públicos y eventos masivos.
El ladrón aprovecha la cercanía física para meter la mano en bolsos o bolsillos sin que la víctima lo perciba. Actúan con gran destreza y en cuestión de segundos.

El choque-choque
Aquí el ladrón provoca un accidente “fortuito”: un empujón, un choque en un semáforo o un tropiezo en las escaleras del metro.
Mientras la víctima está desconcertada, un cómplice aprovecha para sustraer la cartera o el móvil. Es un método eficaz porque desvía la atención del afectado.
El "Burungandazo"
Este término, procedente de América Latina, describe los robos en grupo. Varios delincuentes rodean a la víctima: unos distraen con preguntas, ruidos o movimientos bruscos, y otros aprovechan para robar.
Aunque menos conocido en España, en los últimos años se han detectado casos similares en zonas comerciales y de ocio nocturno.

Coche en marcha
Este método consiste en abrir la puerta de un vehículo detenido en un semáforo o cuando la víctima sube o baja del coche. A veces basta con que un bolso esté visible en el asiento del copiloto para que lo arrebaten y huyan.
También existe la variante del “pinchazo simulado”, donde los ladrones provocan una avería para que el conductor baje del coche.
Skimming
Un robo tecnológico cada vez más extendido. Consiste en instalar dispositivos en cajeros automáticos o terminales de pago para clonar tarjetas bancarias. Los delincuentes capturan los datos de la banda magnética y el número PIN mediante cámaras ocultas.

Después realizan extracciones o compras fraudulentas.
¿Cuáles son los robos más comunes en casa?
En las viviendas, los ladrones utilizan técnicas cada vez más sofisticadas. Su objetivo es entrar sin dejar rastro y en el menor tiempo posible.
Bumping
El método más conocido: consiste en introducir una llave maestra en la cerradura y golpearla con un martillo para que los pistones salten y la puerta se abra.
Es rápido y apenas deja señales de forzamiento, lo que dificulta demostrar el robo al seguro. La solución pasa por instalar cerraduras antibumping.
El Resbalón
Con una radiografía o tarjeta rígida, el ladrón empuja el resbalón de la cerradura cuando la puerta no está pasada con llave. Es sorprendentemente eficaz, pero fácil de prevenir: basta con cerrar con llave siempre que salgas de casa.

Impressioning
Una técnica que ha ganado terreno en los últimos años. El ladrón introduce una lámina de aluminio especial en la cerradura; al girar, esta recoge la huella de las muescas, lo que permite fabricar una copia funcional de la llave.
Se previene con cerraduras de alta seguridad y bombines de última generación.
El Imán
Este método se aprovecha de quienes dejan las llaves puestas por dentro de la cerradura. Con un imán potente, los delincuentes giran el mecanismo y abren la puerta sin esfuerzo ni ruido. La prevención es simple: no dejar nunca la llave puesta en la cerradura.
El Escalo
El clásico robo por ventanas, balcones o terrazas. Aunque parezca cosa del pasado, sigue siendo muy frecuente. Los ladrones no dudan en usar escaleras, cuerdas o incluso trepar por la fachada.
Suelen fijarse en ventanas abiertas, especialmente en verano. Instalar cierres adicionales o rejas puede disuadirlos.
Preguntas frecuentes
¿En qué tipos de viviendas suelen robar más?
Los datos del Ministerio del Interior indican que los chalets y casas unifamiliares son los objetivos favoritos: tienen cuatro veces más probabilidades de sufrir un robo que los pisos en bloque.
Sin embargo, los barrios de clase media concentran el mayor número de delitos, ya que combinan un número elevado de viviendas con medidas de seguridad básicas.

En las zonas más adineradas, aunque los botines pueden ser mayores, la seguridad es también más sofisticada: cámaras, patrullas privadas, alarmas y vecinos más atentos reducen las oportunidades.
¿Dónde suelen robar más viviendas?
Las comunidades autónomas con más robos en viviendas son Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid. Solo Cataluña superó los 15.000 robos en 2020. En el otro extremo, regiones como La Rioja, Navarra o Asturias presentan cifras mucho menores.
A nivel municipal, Girona, Barcelona, Murcia o Torrevieja figuran entre los más afectados. Esto no significa que vivir allí garantice un robo, pero sí que conviene extremar precauciones.

¿Qué suelen robar en un hogar?
El 90% de los robos en casa son improvisados, no planificados. Los ladrones buscan lo fácil y lo rápido. Entre sus objetivos habituales destacan:
- Dinero en efectivo: aunque cada vez es menos común tener grandes cantidades en casa, sigue siendo el botín más buscado.
- Joyas: especialmente piezas de oro, por su facilidad para revenderse.
- Documentación personal: pasaportes, DNI y visados, muy valorados en el mercado negro.
- Electrónica ligera: móviles, tablets, portátiles… Se transportan con facilidad y se revenden rápido.
- Medicamentos: sorprendentemente, los fármacos con receta tienen gran demanda en el mercado ilegal.
- Moda y accesorios de marca: bolsos, relojes o gafas de sol de firma son un objetivo cada vez más frecuente.

El importe medio de lo robado en viviendas españolas ronda los 1.500 euros, lo que supone cientos de millones en pérdidas cada año.
¿Cuándo se producen los robos?
Las estadísticas contradicen la intuición: el 70% de los robos en viviendas se producen entre semana y durante el día, aprovechando que los ocupantes están fuera trabajando o en el colegio.

Los meses con mayor incidencia son agosto y enero, coincidiendo con periodos vacacionales. En cuanto a los días, en 2019 los más problemáticos fueron martes y sábados, aunque la diferencia con el resto es relativamente pequeña.
Conclusión
Los robos en España son un fenómeno complejo, en constante evolución. Los delincuentes innovan, pero también lo hacen las empresas de seguridad y los usuarios, que cada vez cuentan con más información y herramientas para protegerse.
La clave está en prevenir antes que lamentar: reforzar cerraduras, instalar sistemas de alarma y, sobre todo, no subestimar la importancia de los hábitos diarios (cerrar con llave, no dejar objetos a la vista, simular presencia cuando se está de vacaciones).

La seguridad total no existe, pero reducir el riesgo sí está en nuestras manos.
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